Pasea en nuestros bosques encantados, entre suaves escorrentías de aguas cristalinas y sonantes gorjeos.
Primero hay nuestros “yeuses” (encina) que disfrutan luciendo al sol mientras que los castaños prefieren quedar juntos en su tierra arcillosa,… Despues, los carpes prefieren el frescor de las sombras cuando, en fin, a la vuelta de un río, se abre el país de bojos silvestres, habitados por encajes de musgos como en un decorado de cuentos…
Este pequeño mundo de tierra y de celulosa es portador de memorias, porque… ¿Saben? Casí no ha cambiado nada, hasta el tiempo mismo se ha adormecido en estas tierras de milagros.